La lasagna imperfecta

Esta historia sucedió hace un par de semanas, y por falta de tiempo no pude contárselas hasta ahora. Así que no estará salpicada de la frustración, tristeza, enojo y locura rabiosa que salió de mi cuerpo en su momento. Pero trataré de revivirla lo mas cercano posible para que lo sientan conmigo, jaja.

Todo comenzó un día con mucho tiempo libre en dos ciudades diferentes. Mi hermana, en Querétaro, y yo, en el D.F., estábamos viendo a Jamie Oliver por youtube en su programa de recetas de 15 y 30 minutos, analizando y comentando las recetas vía whatsapp. De esos momentos hermana-hermana que solemos tener gracias al internet. Fue ahí donde se me antojó una deliciosa lasagna vegetariana; con espárragos, cebollín, chícharos, queso cottage y parmesano, fondo de pollo, una variedad de deliciosas especias y alguna que otra cosa que no recuerdo.

Parecía sencillo. De hecho, lo que me sonaba más complicado era encontrar algunos ingredientes que suelen ser comunes en Inglaterra y aqui solo se encuentran en tiendas gourmet (pero con Superama bastó). Hice algunos cambios a la receta, pero nada exagerado. Me instalé en mi cocina, cargué el video y me di a la tarea de comenzar la labor.

Para el récord, jamás había hecho una lasagna y jamás había usado el horno de fuego (a no ser de algunos pasteles que hice en casa de mis padres y que hasta ahora me di cuenta que no aprendí nada porque mi mama hacía todo el trabajo pesado).

Debido a que soy una ama de casa principiante, no tengo la gran cantidad de recipientes y caserolas, así que utilicé un refractario de vidrio que pertenecía a mi hermana. (Así es, dije pertenecíííía).

El horno estaba listo, y metí mi lasagna para terminar el manjar. Justo cuando hacía eso, llegó a la casa mi novio a comer. Así que me ví un poco presionada y decidí checar como iba la pasta en su cocción, abriendo la puerta del horno. ERROR. De pronto, empezó a escurrir el caldo fuera del refractario por la parte de atrás. No le di importancia. ERROR. Abrí el horno una o dos veces mas. ERROR Y MAS ERROR. Hasta que el escurrimiento se volvió una inundación: el refractario se había partido por la mitad, y mi relleno de lasagna se estaba desbordando dentro de mi horno limpio!

Apagué el horno de inmediato, quise sacar la rejilla para detener la situación pero se atoraba cada vez que lo intentaba, lo que ocasionaba que el refractario se separara cada mas y mi relleno se seguía saliendo por abajo. Entonces me inundó un sentimiento de frustración y fracaso impresionante y comencé a llorar como una niña de cinco años llora cuando no le compran un juguete en el supermercado, mientras corría a mi cama a envolverme bajo las cobijas. Suena estupido, lo sé, y mi novio lo pensó también mientras me veía llorar por mi lasagna imperfecta. Mientras más me decía que no era importante, más lloraba por que para mi lo era. ¿Por qué? No lo sé! Pero yo quería mi lasagna bien hecha!

Nunca he sido de hacer berrinches por mucho tiempo. Sí los hago, y bien montados, pero se me baja la euforia mas rápido de lo que tarda en subir. Así que decidí pararme de la cama y sacar los restos de lasagna a como diera lugar.

La verdad es que pude salvar la mayor parte, digamos que un 90% seguía ahí, y para no jugármela con otro recipiente de vidrio, usé uno metálico para hacer panqués. Por supuesto, ya no quedó bien acomodada, era mas bien una plasta... Pero a mi favor, tenía muy buen sabor.

Pagué caro el precio, y no hablo de los ingredientes gourmet, sino de las 2 horas que pase limpiando el horno a conciencia.

Como cocinera principiante, aprendí algo importante, tal vez muchos lo saben pero yo paso el tip!. Jamás abrir el horno cuando se está usando un refractario de vidrio, ya que el choque de temperaturas hizo que se rompiera a la mitad (so sad).

Si alguien quiere intentarlo, y de verdad que le deseo que todo salga bien por que queda bue-ni-si-ma, aqui les dejo el video. La receta es riquísima y un poco diferente, como para sorprender a algún invitado:

Nos seguimos leyendo!